La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que cada 29 de octubre se celebra el “Día Mundial de la Lucha contra el Accidente Cerebrovascular” (ACV). En esta fecha, se busca centrar su atención en la concientización y en la prevención de este episodio.
El ACV (Accidente Cerebro Vascular), es una enfermedad aguda que se produce cuando se tapa o rompe una arteria del cerebro. Puede ser mortal o dejar a la persona afectada con una discapacidad. También, puede ocurrir de forma muy rápida, y su detección temprana puede reducir las secuelas drásticamente si se actúa con urgencia, dentro de las primeras cuatro horas y media.
Es considerada la epidemia del siglo 21, por lo que hay que crear conciencia sobre esta grave patología, ya que se ha transformado en la primera causa de discapacidad y la segunda causa de muerte en nuestro país.
En la Argentina, se produce un accidente cerebrovascular (ACV) cada nueve minutos, 126 mil casos de ACV por año, de los cuales 18 mil terminan en muerte. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que 15 millones de personas sufren un evento vascular cerebral al año en todo el mundo. De este grupo, 5 millones mueren y otros 5 millones sufren una discapacidad de por vida.
EL 80% DE LOS CASOS ES PREVENIBLE, y la acción temprana en la urgencia puede REDUCIR al mínimo el daño cerebral y la posibilidad de muerte y discapacidad.
Actuar sobre los factores de riesgo vascular es una de las maneras más eficaces de prevenir un ACV.
Los síntomas pueden ser diferentes y muy sutiles:
Es de gran importancia sensibilizar a la población en general sobre los factores de riesgo más comunes, en particular la hipertensión, la detección temprana y la necesidad de una atención adecuada, no sólo en la fase aguda, sino también a largo plazo.Las personas con hipertensión y/o colesterol alto tienen más riesgos de sufrir un ACV. Un control anual va a servirle a su médico para saber si tiene riesgo de sufrir un ACV y cómo prevenirlo.
En el marco de la Pandemia por Covid 19, el ACV presenta algunas cuestiones que deben ser resaltadas. En primer lugar, el estado inflamatorio protrombótico puede provocar eventos isquémicos cerebrales y contribuir al incremento de la incidencia de ACV en esta población, como ha sido demostrado en numerosas publicaciones. Pero también los efectos secundarios de la Pandemia incluyen un menor control de los factores de riesgo, como así también una mayor demora en la consulta y en la asistencia al paciente con ACV, con pérdida de las ventanas terapéuticas y la consecuente peor evolución de los pacientes. Así como ocurre en otras patologías, el déficit de atención por las restricciones y dificultades en el acceso al sistema sanitario, también ocurren en los pacientes con ACV.
Fuente: FAC - Organización Panamericana de la Salud