Toxocara: un parásito de perros y gatos que enferma al hombre

Compartir en:


Esta parasitosis afecta sobre todo a niños de 2 a 7 años de edad que mantienen contacto estrecho con sus mascotas y/o juegan en areneros y parques públicos. Para prevenirla se recomienda desparasitar a las mascotas domésticas y promover hábitos higiénico – sanitarios sobre todo el lavado de manos y cuerpo.

La Toxocarosis es una enfermedad cosmopolita trasmitida por animales y causada por los gusanos nematodes, parásitos Toxocara canis y Toxocara cati, provenientes del intestino de perros y gatos respectivamente, que contaminan al hombre mediante la ingesta de formas infectantes (huevos larvados del parásito) del ambiente.

Es una parasitosis que afecta sobre todo a niños, que mantienen contacto estrecho con sus mascotas y/o juegan en areneros y parques públicos, susceptibles de estar contaminados con heces fecales disueltas de perros y gatos.

El hombre no es el huésped definitivo del gusano sino que se comporta como un portador llamado paraténico, porque las larvas son incapaces de madurar en él, lo que hace que migren erráticamente por todo el cuerpo causando reacciones inflamatorias. De allí el nombre de larva migrans visceral o síndrome de migración larvaria visceral u ocular.

Las manifestaciones clínicas y gravedad del cuadro clínico dependen del tejido u órgano afectado. Se reconocen las siguientes formas de presentación: larva migrans visceral (LMV) o toxocarosis sistémica, larva migrans ocular (LMO) o toxocarosis ocular, toxocarosis cerebroespinal o neurológica y toxocarosis encubierta o asintomática.

Los signos y síntomas varían de leves a severos y pueden presentarse semanas a meses después de la infección. Entre los hallazgos de laboratorio este síndrome se caracteriza generalmente por aumento de los granulocitos eosinófilos (eosinofilia) en el hemograma. Y los signos clínicos más importantes el aumento en el tamaño del hígado con presencia de granulomas de cuerpo extraño e infiltrados pulmonares.

Enfermedad cosmopolita

La Toxocarosis ocurre en todo el mundo siendo mucho mayor su incidencia en áreas rurales y países tropicales. Es más frecuente en niños y niñas de edades entre 2-7 años. La eosinofilia en sangre y en los tejidos es un signo biológico de migración larval en las helmintiasis ya que los eosinófilos son las principales células de defensa frente a los helmintos. La toxocarosis puede afectar a humanos de diferente sexo y edad, preferentemente niños; las manifestaciones clínicas son variables y dependen del número de huevos infectantes ingeridos, cantidad de larvas migrantes, tejido u órgano afectado, frecuencia de reinfecciones y respuesta inmunológica inducida por el hospedador.

Riesgo

Uno de los riesgos de infección con estos parásitos es estar expuesto a tierra o arena contaminada. La presencia de perros y gatos en condiciones de malos hábitos higiénicos. El hábito de comer tierra (geofagia) por parte de los niños.

La enfermedad

La enfermedad se caracteriza por la formación de Granulomas en particular en hígado, pulmón, cerebro y ganglios. El parásito se dispone en el centro del granuloma, rodeado por eosinófilos y células del sistema inmune e inflamatorias que posteriormente junto a fibras de colágeno, se calcifican.

En ojos, causa endoftalmitis y lesiones granulomatosas frecuentes en la parte posterior del ojo y visibles en el fondo de ojo. El desprendimiento de retina, opacificación del humor vítreo y tumor fibrótico (con compromiso visual parcial) son algunas complicaciones en casos crónicos.

En el síndrome de larva migrans visceral (LMV) se observan desde:

  • Afecciones gastrointestinales (anorexia, vómitos, dolor abdominal, hepatitis, etc).
  • Pulmonares (tos, asma, disnea, neumonía eosinofílica severa, etc.).
  • Cardíacas (miocarditis, insuficiencia cardíaca, etc.).
  • Cutáneas (eritema, urticaria, edema, etc.), acompañándose usualmente con eosinofilia persistente de moderada a severa.

En la larva migrans ocular (LMO) las lesiones son siempre graves (leucocoria, uveitis, granuloma retinal, endoftalmitis crónica, pérdida de la agudeza visual, estrabismo, etc.) y se acompaña casi siempre con valores normales de eosinófilos.

La toxocarosis cerebroespinal presenta sintomatología neurológica como encefalitis, meningitis, epilepsia, paresias, parestesias, etc. La toxocarosis encubierta o asintomática cuando se manifiesta clínicamente la sintomatología es inespecífica y puede cursar con cifras normales o un leve incremento de eosinófilos. Los síntomas generales se presentan como fiebre, inflamación de los ganglios, dolores articulares y agrandamiento del hígado y el bazo.

Tratamiento

El tratamiento consiste en la indicación de Mebendazol y en casos severos se administra tiabendazol o albendazol. La Quimioterapia es usada para toxocariasis hepática, pulmonar u ocular.

Diagnóstico

Esta parasitosis se diagnostica mediante pruebas de laboratorio para detectar presencia de anticuerpos anti Toxocara Canis. Este análisis también se realiza para el seguimiento del tratamiento.

Estudio de este tipo deben realizarse en nuestra provincia ya que es una zoonosis, muy importante en salud pública. (Esto último lo pondría en un destacado)

Fuente: Comité Científico del Centro de Bioquímicos IX Distrito